La vocación y el compromiso con una profesión, más cuando lo que está en juego es la salud, no sabe de tiempos, condiciones climáticas ni otras circunstancias muchas veces adversas.
Y así lo dejó expuesto la enfermera Antonela Cavallo, quien días pasados tuvo que concurrir a una zona rural de Entre Ríos a atender a una paciente no vidente, la cual se encuentra postrada.
Ante las dificultades para llegar a la casa, la hija de la mujer buscó a la joven en un carro tirado por caballos y así recorrieron el camino desde el centro de salud hasta la vivienda donde Antonela pudo cumplir con su cometido: Asistir a la mujer que la necesitaba.
Un video refleja el viaje realizado por la profesional de la salud. Se ve cómo la persona que conduce el carro le va contando a la enfermera quién vive en cada casa por la que van pasando, al tiempo que le señala que tiene en su domicilio hasta “una chiva que se sube al techo”.